martes, 27 de enero de 2009

El placentero Dolor y Mitología Casera


Leopold von Sacher-Masoch




El perro nos comentó tiempo atrás sobre la causa del dolor, que sería el apego; y como alcanzar la cesación del mismo. Meses atrás antes de ser un perro fue un León en involución y la ciudad llevaba su nombre "Leopolis"; fue ahí donde se encontró con un gran tipo que amó el dolor en su sustancial forma, como una experiencia emocional (su literatura) y sensorial (sus objetos). El ciudadano de la ciudad de los genocidios, convidó de sus mejores mujeres, y envolvió de arte al león y lo puso por primera vez cautivo ante su instinto que lo llevó a hurgar los desconocidos caminos del placentero dolor.
Leopold llego a donde el León con una serie de objetos y sujetos sobre la mesa, su efecto era de desarmarlo con la más poderosa droga de sus tierras: "el amor". El felino fue permisivo mientras su naturaleza depredadora se extinguía empezó a tener sentimientos de víctima y las más nobles alucinaciones y placeres de quien es la presa, se sintió visto como el miraba a los indefensos como el objeto del deseo y disfrutó la humillación, que lo iniciaría por ese largo camino que lo mutaría hacia otro ser aun neutro.
El León extasiado se convirtió en uno de los discípulos de Sacher-Masoch y a pesar de su naturaleza de Rey, en la clandestinidad era uno más de los: "Masoquistas", como empezaron a llamarlos años despues, mientras eso sucediera el disfrutaba de haber descubierto que la vida de un Rey no era menos divertida que el de una presa.

Desde entonces el leopoliense había creado una nueva raza de león, retiro toda retorica a su s rugidos y le obsequió ciertas dagas en forma de palabras para que algún rato pueda sentir el más sublime placer de suicidarse, con ellas él estuvo jugando por un largo tiempo descubriendo el límite del dolor; cuando lo descubrió el poder sobre su propia vida era evidente.

El día en que murió aquel buen tipo exclamó: !Amenme!, fue cuando del costado del león brotaron alas, !era el momento de partir!; su viaje sería tranquilo y psicotropico la droga de su maestro llegaría a abandonarlo solo con su muerte, para cuando recobró el sentido se encontró volando sobre el Volcán más alto del mundo fue ahí cuando decidió utilizar los puñales, los recitó y el dolor se expandió por todo el mundo, todos quienes lo vieron volar tenían un puñal dentro de su corazón, y no era sangre; era agua que bajaba del volcán y regaba los hermosos valles, entre ellos el de Conocoto.

Dos meses después reencarnaría en forma de perro (víctima y victimario), le tomó un mes tomar la forma del león y otro mes la esencia del buen tipo.




5 comentarios:

radicaLibre dijo...

Sentado frente al computador empecé a leer tu post y puse de fondo "send the pain below" de chevelle.

Me gustaron esos elementos de "la droga más poderosa" y "los puñales".

Conocoto, tierra mísitica, hogar de Descomunal, Martillo y The Grief jaja!

Juandiego dijo...

Oye Lex, haste un favor. Preguntale al GGG que opina en su canina sabiduría perfecta no-descriminatoria sobre la razón por la cual las personas hacen cosas con consecuencias dolorosas aun cuando saben de antemano que van a ser dolorosas y que definitivamente no les gusta ese dolor. Cual es el condenado origen de tanta necedad? 3*G encabeza el panteón de la mitología casera.

Diana dijo...

Sera? q a veces el dolor nos hace sentir mas?
Por cierto un beso a esa cosita bella Triple G

Giorgio dijo...

mi estimado Juandiego GGG antes de encarnar en perro me contó algo.

El Dolor es aquel exquisito placer que también a sido condenado a vivir con nosotros los humanos, es un termómetro de la vida y hay veces en las que el ser humano siente la absurda necesidad de sentirlo, porque simplemente la vida de un humano es aburrida, y el dolor le da cierto matiz a la cotidianidad.

Ahora yo digo...

Hoy me devoraba una super whooper, sabía que me mataría mi estomago, pero su dolor era placentero, me sentía vivo y eso es parte de nuestra juventud, el ponerla al límite para sentirnos vivos....
Pero que dicha sería la de sabernos vivos y todopoderosos, que podamos suprimir el dolor, son condiciones y tanto quien lo disfruta como quien ha llegado a doblegarlo es dichoso, cazador o presa, todos gozamos, el mundo es una fiesta.!

Juandiego dijo...

Empiezo a converserme que todos somos presas de nosotros mismos y el placer del sufrimiento es doble por cuanto lo sentimos al recivirlo y al otorgarlo simultaneamente. Supongo que todo sería muy turro sin esto, mejor simplemente inhalar y pensar "sabrosura". Una reverencia a G^3 de mi parte.