Ohhh Que hombre suertudo fue él.

Una máquina que inventó el humano racional, inyectado por sangre animal me transportaba como una bala que tendría que impactar finalmente en alguna otra máquina muscular inyectada por sangre extraída de las fresas. Rebotó tanto aquella bala que terminó impactándonos a los dos, vulnerando ese gran escudo hecho con vidrio de azúcar semipermeable, en el campo de fresas que nos encontrabamos todo se inundó de chocolate.
Habían dos historias paralelas que no tienen nada que ver con Alicia.
La primera, trata de un Lobo herido, que aulló tanto a la luna que esta terminó por convertirse en mortal, cuando él la tuvo, prefirió permanecer herido y compartir la Luna con el mundo, sin embargo ella ya estaba entre nosotros, y aprendió a llorar y a pocos cinco minutos de su conversión. ya quería aprovechar su condición de mortal. El lobo ya no es lobo, es un cabrón que no sabe lo que quiere de la vida.
La segunda es de un conejo que siempre fue amigo de las especies mayores, se comunicaba en una extraña lengua que el mismo inventó, sus sueños lo llevaron a idealizar a alguien de su especie, fue el día que corrió ciego y la encontró ahi buscando zanahorias, el amor fue instantáneo, y le fue tan familiar su encuentro, como esperado, descubrió el mundo nuevamente, pero decidió escapar. El conejo es igual un cabrón que no sabe lo que quiere de la vida.
Los unos vienen de Marte, los otros de Venus..... Putos Extraterrestres!
Tendré que empezar mi historia terrenal de perro, que se irá develando como todo lo que aqui magicamente empezó como un juego.
Habían dos historias paralelas que no tienen nada que ver con Alicia.
La primera, trata de un Lobo herido, que aulló tanto a la luna que esta terminó por convertirse en mortal, cuando él la tuvo, prefirió permanecer herido y compartir la Luna con el mundo, sin embargo ella ya estaba entre nosotros, y aprendió a llorar y a pocos cinco minutos de su conversión. ya quería aprovechar su condición de mortal. El lobo ya no es lobo, es un cabrón que no sabe lo que quiere de la vida.
La segunda es de un conejo que siempre fue amigo de las especies mayores, se comunicaba en una extraña lengua que el mismo inventó, sus sueños lo llevaron a idealizar a alguien de su especie, fue el día que corrió ciego y la encontró ahi buscando zanahorias, el amor fue instantáneo, y le fue tan familiar su encuentro, como esperado, descubrió el mundo nuevamente, pero decidió escapar. El conejo es igual un cabrón que no sabe lo que quiere de la vida.
Los unos vienen de Marte, los otros de Venus..... Putos Extraterrestres!
Tendré que empezar mi historia terrenal de perro, que se irá develando como todo lo que aqui magicamente empezó como un juego.